1

drug holiday

(también dosing holiday, drug vacation o medication vacation). Interrupción prescrita del tratamiento farmacológico; por lo general, para aumentar la eficacia tras un período prolongado de uso, para evitar la aparición de tolerancia farmacológica o para eliminar temporalmente los efectos secundarios de la medicación. En español, puede traducirse por descanso farmacológico, interrupción temporal del tratamiento o interrupción estratégica del tratamiento.

Fernando A. Navarro

Entrada extractada por el autor a partir de su Diccionario de dudas y dificultades de traducción del inglés médico (3.ª edición); versión electrónica 3.06. Madrid: Cosnautas, 2016. Consultable en línea: www.cosnautas.com/librorojo.html




high-ceiling diuretics

Recomiendo evitar el calco *diuréticos de alto techo* para referirse a los diuréticos del asa, que actúan en el segmento diluyente del asa de Henle. Si se desea utilizar un sinónimo como designación alternativa con referencia expresa a su elevada actividad, en español resulta más adecuada y clara una expresión como diuréticos de máxima eficacia o diuréticos potentes.
Idénticas consideraciones cabe hacer en relación con la expresión contraria low-ceiling diuretics (diuréticos de eficacia moderada o diuréticos suaves, mejor que el calco *diuréticos de bajo techo*; generalmente aplicado a los diuréticos tiacídicos).

Fernando A. Navarro

Entrada extractada por el autor a partir de su Diccionario de dudas y dificultades de traducción del inglés médico (3.ª edición); versión electrónica 3.06. Madrid: Cosnautas, 2016. Consultable en línea: www.cosnautas.com/librorojo.html




“Curar enfermedades raras ya no es una quimera, es una certeza”

El investigador del CSIC Lluis Montoliu, experto en albinismo, cree que las nuevas herramientas de manipulación del ADN son una revolución para tratar estas patologías

BEATRIZ GUILLÉN / NOTICIA MATERIA

Hasta el año 2005, la situación de las personas con enfermedades raras era “descorazonadora”, asegura Lluis Montoliu, investigador del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC. Había tantas patologías y cada una de ellas afectaba a un número tan reducido de personas que el sistema sanitario no “había sabido o no había tenido a bien organizarse para tratarlas”. Su suerte dio vuelco cuando cambió la forma de ver el panorama: “Ya no eran unas pocas miles de personas de cada enfermedad, sino que sumando a todas ellas había tres millones de españoles con una enfermedad rara. Eso es un grupo muy importante de población”, explica Montoliu. Hoy es el Día Mundial de las Enfermedades Raras y se celebra con una nueva actitud: “Será posible curar las enfermedades raras, ya no es una quimera, es una certeza”.

El mérito de este progreso lo tienen las nuevas herramientas de manipulación de ADN, como el método CRISPR, que han sido una “auténtica revolución”, en palabras del investigador, para poder modificar el genoma humano y corregir genes relacionados con enfermedades.

Montoliu ha aplicado estas técnicas a su principal campo de trabajo: el albinismo. En España hay alrededor de 3.000 y 3.500 personas con esta enfermedad rara o condición genética poco frecuente. Se da en uno de cada 17.000 habitantes. El principal problema de las personas con albinismo no es la falta de pigmentación en la piel, como se suele creer, sino las alteraciones visuales que sufren.

Las personas con albinismo carecen de retina central y solo ven en dos dimensiones

“Una persona con albinismo tiene alrededor de un 10% de agudeza visual, eso se considera un grado de discapacidad visual muy elevado. En España son considerados como que padecen una ceguera legal que les impide, entre otras cosas, conducir”, narra Montoliu que también forma parte del Centro de Investigación Biomédica en Red Enfermedades Raras (CIBERER). El albinismo causa dos tipos de alteraciones visuales: por un lado, estas personas carecen de retina central, por lo que cuando fijan su atención en un objeto o persona lo ven como si fuera desde la retina periférica, es decir, desde un lado y desenfocado, como “si una persona sana lo ve por el rabillo del ojo”; por otro lado, les falta la visión tridimensional, ven en dos dimensiones, lo que provoca que tengan la percepción de la profundidad muy alterada.

Esta discapacidad visual es, además, lo característico y diagnóstico del albinismo. “No es una enfermedad definida con un solo gen, sino que cuentan las mutaciones de muchos de ellos, hemos encontrado hasta 18. Esto desemboca en tipos de albinismo muy diferentes. En algunos de ellos no se pierde la pigmentación, pero en todos hay problemas visuales”, explica Montoliu que lleva 25 años en el estudio de esta patología. “En su caso lo evidente no es lo relevante”.

Ratones avatar para la curación

La herramienta CRISPR ha permitido al Centro Nacional de Biomedicina reproducir con fidelidad absoluta una mutación genética de una persona en un ratón, creando lo que llaman “ratones avatar”. “Lo interesante y poderoso es que no estás investigando la enfermedad en general, sino la patología exacta que tiene esa persona con nombre y apellidos. Observas el posible tratamiento a través del animal que lleva la misma mutación que el individuo”, concreta.

Gracias a esta técnica han descubierto que los problemas visuales de la gente con albinismo no se deben a la falta de melanina —el pigmento que da color a piel—, sino a la ausencia de L-DOPA, una molécula que se encuentra en la ruta de fabricación de la melanina y de la dopamina y que se utiliza tradicionalmente para tratar a pacientes con párkinson.

El Centro Nacional de Biotecnología del CSIC ha conseguido mejorar la agudeza visual de ratones con albinismo

“Hemos detectado que cuando inducimos un incremento de L-DOPA en la retina de ratones con albinismo mejora su agudeza visual. Aparentemente siguen siendo albinos, pero su visión está corregida”, asegura Montoliu. En Minnesota (Estados Unidos) ya se está probando la L-DOPA en ensayos clínicos para mejorar la visión de los pacientes.

Este tipo de resultados son los que despiertan la certeza de una posible curación de las enfermedades raras. “Cuando uno piensa en una terapia que pueda curar estas patologías, piensa que llegará a sus hijos o nietos. Pero no va a llegar los individuos adultos. La versatilidad y robustez de las nuevas herramientas genéticas permite albergar no solo esperanzas, sino pensar que pronto la habremos desarrollado en humanos. Primero de forma experimental, después de forma rutinaria”, razona el investigador que reconoce que hace tres meses no lo hubiera dicho con tanta seguridad. “Estamos avanzando muy rápido, lo veo posible“.




La falta de actividad física empeora los síntomas de la menopausia

Un estudio con 6.000 mujeres latinoamericanas muestra la conexión del sedentarismo con el insomnio o la depresión

BEATRIZ GUILLÉN / NOTICIA MATERIA

Casi el 60% de la población mundial tiene un estilo de vida sedentario. El desarrollo urbano y tecnológico ha llevado a una reducción de la actividad física, tanto en el trabajo como en casa. La falta de actividad ocurre con más frecuencia en las mujeres y en América, que supera en un 10% la media mundial, según los datos de la Organización Mundial de la Salud de 2015. Un estudio publicado en la revista Menopausia y realizado por la Sociedad Norteamericana de la Menopausia en más de 6.000 mujeres latinoamericanas demuestra que este sedentarismo tiene ya consecuencias visibles: síntomas más severos en la menopausia, especialmente los vinculados con el insomnio y la depresión, y obesidad.

Un 16,1% de las mujeres con hábitos sedentarios reconocen tener síntomas menopáusicos severos, mientras que solo un 10,6% de las activas los tienen. Este 6% de diferencia supone, para los investigadores, la confirmación de que el sedentarismo está asociado con signos como el insomnio, la depresión o la ansiedad. “Definimos a alguien como sedentario si realiza menos de tres veces por semana 30 minutos de ejercicio físico. Este sedentarismo tiene riesgos para tu salud física y mental. Ser activo cada día es necesario para ayudarte a tener síntomas menopáusicos menos severos”, explica JoAnn V. Pinkerton, directora de la Sociedad Norteamericana de Menopausia y profesora de ginecología en la Universidad de Virginia (EE UU).

Para clasificar los síntomas y la calidad de vida, los investigadores han utilizado la Menopause Rating Scale (MRS). Si el resultado de este ratio es mayor de 16, los síntomas se consideran severos.

El insomnio, la depresión y la ansiedad se dan con mayor frecuencia en las mujeres con menopausia y un estilo de vida sedendentario

Alguno de los síntomas que se ven más influidos por esta falta de actividad física son el insomnio y la depresión. Ambos se dan con más frecuencia en aquellas mujeres que tienen un estilo de vida más sedentario que en las que llevan una vida más activa: se pasa del 3,71% al 3,39% en el caso de la depresión y del 5,69% al 5,3% para el insomnio. Es decir, de las 3.886 mujeres que se autodefinen como sedentarias 144 sufre depresión y 221 insomnio; mientras que de las 2.200 que se califican como activas 74 tienen depresión y 116 insomnio. El sedentarismo también afecta a otros síntomas como la ansiedad, que se da en un 5,47% de las mujeres sedentarias y en un 5,13% de las activas.

El presidente de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) y ginecólogo del Hospital de Asturias, Plácido Llaneza, sostiene que alrededor del 80% de las mujeres con menopausia afronta algún síntoma; los sofocos son los más comunes. “Diversos estudios observacionales han registrado menos sofocaciones en las mujeres que hacen ejercicio físico, de manera que el ejercicio físico parece asociarse con una menor probabilidad de padecerlos. Sin embargo, algunos ensayos clínicos que evaluaron el efecto del ejercicio aeróbico para aliviar los sofocos no han podido demostrar su efectividad”, argumenta Llaneza.

La profesora Pinkerton explica que la parte fuerte de su estudio, con respecto a los otros realizados, es la amplia muestra de mujeres que han participado y que le permite afirmar que solo con que una mujer “haga yoga, natación, bicicleta o incluso jardinería durante al menos 30 minutos al día, los síntomas menopáusicos mejoran”. La causa, según explica el estudio, es el efecto que produce en nuestro cerebro las acciones de los estrógenos y de la actividad física. Varios neurotransmisores como la serotonina o la dopamina influyen en la regulación de nuestro humor y de nuestro sueño. Una secreción alterada de ellos puede causar distorsiones en el humor (como la depresión) y también insomnio.

Peores síntomas en zonas más pobres

El estudio se realiza a 6.080 mujeres de 11 países de Latinoamérica. En Chile, Uruguay, Venezuela, Cuba y Ecuador, por ese orden, se encuentran las mujeres con los síntomas de menopausia más severos. Además, Pinkerton sostiene que las mujeres de las zonas más pobres y rurales son las que tienen peores síntomas. Esto se debe, según enuncia el estudio, a que estos síntomas más severos están vinculados con la inactividad y esta, a su vez, con un bajo nivel educativo. “El estilo de vida sedentario es menos común entre las mujeres con un alto nivel educativo”, afirma el estudio que cita a su vez a investigaciones españolas y brasileñas. Según un análisis a 300.000 individuos, llevado a cabo por Brasil, aquellas personas con más años de escolarización son también aquellas que disponen de más tiempo libre para ejercicio físico.

Plácido Llaneza cree que no existirían grandes diferentes en los resultados si un estudio similar se hiciera en la población española. “Es cierto que existen diferencias étnicas y geográficas en la forma que las mujeres afrontan la menopausia y sobre la prevalencia de los síntomas que padecen, pero el instrumento de medida de la calidad de vida que los autores [la Sociedad Norteamericana de la Menopausia] emplean, nosotros también lo hemos empleado con otros fines en mujeres menopáusicas españolas y solíamos obtener resultados”, explica.

En Chile, Uruguay, Venezuela, Cuba y Ecuador, por ese orden, se encuentran las mujeres con los síntomas de menopausia más severos

El presidente de la AEEM también recuerda que todavía nos queda mucho por conocer sobre esta etapa de la vida de la mujer y considera que los estudios genéticos van a desempeñar un papel muy importante en los próximos años. “Seremos capaces de prever muchas patologías gracias a ellos. Mientras tanto hay que emplear las herramientas terapéuticas y preventivas disponibles, adaptándolas a cada paciente según los síntomas y los factores de riesgo que presente. Para ello es muy importante divulgar los conocimientos científicos que vamos adquiriendo”.




A vueltas con el instinto maternal

El reloj biológico tiene muy poco de biológico y mucho de condicionante sociocultural

JAVIER SAMPEDRO / NOTICIA MATERIA

El titular tiene una trampa: el concepto de “instinto”. Intentemos escapar de ella. Instinto es una palabra fea en nuestros días. Nos parece bien si se aplica a los animales, esas criaturas de Dios que se pasean crudas por el campo y no piensan más que en comer, dormir y copular. Pero en cuanto alguien la extiende al comportamiento humano se gana los rayos y truenos de psicólogos y pensadores, corruptos y perroflautas, tragasantos y ateos profesionales que, según parece, están dispuestos a perdonarle a su propia conciencia cualquier cosa menos un sesgo genético.

El hecho, sin embargo, es que nacemos condicionados por estrato sobre estrato de sesgos genéticos, estructuras cognitivas innatas que nos predisponen a uno u otro comportamiento, y a menudo por nuestro propio bien. Las matemáticas son un gran legado de dos milenios de cultura, pero se basan en una capacidad innata para el álgebra y la geometría que compartimos con los monos y quién sabe con quién más. La física newtoniana, sin menoscabo del genio de Newton, es más o menos la que llevamos programada de serie en nuestros circuitos neuronales, la que nos permite correr y saltar, tropezar y corregir o agarrar al vuelo las llaves del coche que nos acaban de tirar a traición y por la espalda. Entonces, ¿qué impide que las mujeres nazcan con un instinto maternal? ¿En qué disminuiría eso su condición humana?

El mejor ejemplo de instinto, en el sentido en que ese término maldito puede aplicarse a la especie humana, es el lenguaje. Es evidente que hablar español o chino no tiene nada que ver con los instintos o las capacidades innatas. Depende por entero del entorno en que nazca uno. Es la capacidad de aprender a hablar, a hablar cualquier lenguaje, lo que constituye una habilidad grabada a fuego en nuestro genoma. Por eso todos los seres humanos son capaces de aprender a hablar cualquier lenguaje, mientras que será inútil torturar a un gorila o a un perro para que lo hagan. Las capacidades cognitivas instintivas no afectan al debate del determinismo genético. En realidad, no tienen nada que ver con él.

No hay un dato sólido a su favor del instinto de tener niños y los indicios circunstanciales indican más bien lo contrario

No hay ningún problema de principio contra el instinto de tener niños. Pero tampoco hay un dato sólido a su favor, y los indicios circunstanciales indican más bien lo contrario. Tomemos el famoso “reloj biológico” del que hablan muchas mujeres, que les haría desear tener niños al acercarse al final de su periodo fértil. Hace medio siglo eso ocurría al frisar los 30, y ahora llega bien entrados los 40. Y eso en los países occidentales, porque hay culturas en que una mujer se convierte en una solterona si cumple los 20 años sin haber tenido un niño. Todo ello indica que el “reloj biológico” tiene muy poco de biológico, y que la ansiedad del calendario se debe más bien a condicionantes socioculturales.

Tendemos a pensar en términos de instintos cuando parece estar en juego la supervivencia de la especie. El hambre, ciertamente, es un instinto que compartimos con todo bicho viviente del planeta Tierra y tiene la finalidad obvia de evitar nuestra extinción por inanición o ascetismo. ¿No debería existir entonces un instinto similar para la procreación? Desde luego que sí, pero no tiene que consistir necesariamente en el deseo de tener niños. El mero deseo sexual ha cumplido esa función durante la inmensa mayoría de la historia de la especie. La píldora es un invento demasiado reciente para haber afectado a la genética humana.

Hay todo tipo de argumentos sociales, culturales, económicos y demográficos para tomar una de las decisiones más importantes de la vida de una persona: tener hijos o no tenerlos. Por una vez, haríamos mejor en dejar en paz a la biología. Buscaos otra excusa.




Com redactar un article científic online – Inscripció

paypalFormulari d’inscripció amb quota general i quota reduïda per als alumnes del Doctorat en Ciències de la Salut de la Universitat d’Alacant i del Doctorat en Infermeria i Salut de la Universitat de Barcelona per al curs online Com redactar un article científic, que començarà el pròxim 1 d’abril de 2016.

Inscriu-te de forma ràpida i segura i assegura’t la teva plaça en el curs. Omple el formulari següent amb les teves dades personals i, a continuació, introdueix les dades de la teva tarja de crèdit mitjançant el sistema de pagament segur PayPal.

Per a que el procés finalitzi de manera satisfactòria, preguem que no tanquis el navegador fins que Paypal et redireccioni de nou a www.esteve.org.

Places esgotades




How to improve your scientific presentations – Inscripció – Barcelona, 28 i 29 d’abril de 2016

paypalFormulari d’inscripció amb quota general i quota reduïda per a membres del VHIR per al curs How to improve your scientific presentations dels pròxims 28 i 29 d’abril de 2016 a Barcelona.

Inscriu-te de forma ràpida i segura i assegura’t la teva plaça en el curs. Omple el formulari següent amb les teves dades personals i, a continuació, introdueix les dades de la teva tarja de crèdit mitjançant el sistema de pagament segur PayPal.

Per a que el procés finalitzi de manera satisfactòria, preguem que no tanquis el navegador fins que Paypal et redireccioni de nou a www.esteve.org.

[vfb id=77]




Com divulgar el teu projecte de recerca en un vídeo de 60″ – Inscripció – Alacant, 13 i 14 d’abril de 2016

paypalFormulari d’inscripció amb quota general per al curs Com divulgar el teu projecte de recerca en un vídeo de 60″ dels pròxims 13 i 14 d’abril de 2016 a Alacant. Les incripciones gratuïtes per als membres de la Universitat d’Alacant es gestionen des de la pròpia institució.

Inscriu-te de forma ràpida i segura i assegura’t la teva plaça en el curs. Omple el formulari següent amb les teves dades personals i, a continuació, introdueix les dades de la teva tarja de crèdit mitjançant el sistema de pagament segur PayPal.

Per a que el procés finalitzi de manera satisfactòria, preguem que no tanquis el navegador fins que Paypal et redireccioni de nou a www.esteve.org.

[vfb id=76]




Tu móvil puede hacer sostenible el sistema sanitario

Las nuevas tecnologías ayudan a mejorar la cooperación entre pacientes y personal sanitario con mejoras en los resultados médicos y en el coste de los tratamientos

DANIEL MEDIAVILLA / NOTICIA MATERIA

A finales de los 90, un grupo de médicos suecos se inventó una paciente que les iba a servir de inspiración. Esther, una anciana con una enfermedad crónica y problemas agudos puntuales, habría tenido que acudir a 36 servicios diferentes del sistema sanitario de su país para poder recibir el tratamiento que necesitaba. Para resolver el problema de esta paciente imaginaria, los médicos crearon una red formada por más de 7.000 profesionales del sector sanitario que aplica las tecnologías de la información para superar la fragmentación y la falta de coordinación que habría sufrido Esther. Con su sistema, crearon un flujo continuo de información que incluye a los pacientes y sus familias con el objetivo de darles más capacidad para influir en su propio cuidado y que incrementa la eficacia de los médicos, que siempre trabajan sobre los resultados de sus colegas. Durante los tres años de prueba del sistema, las admisiones a hospitales se redujeron de 9.300 a 7.300, las lista de espera de los neurólogos se redujeron de 85 días a 14 y los días de hospitalización por fallo cardiaco descendieron de 3.500 a 2.500.

El proyecto Esther es uno de los casos de éxito a los que se mira en una Europa donde el envejecimiento de la población está incrementando la presión sobre sus sistemas sanitarios. Las enfermedades crónicas como la que sufría la anciana sueca, cardiovasculares, diabetes, algunas enfermedades respiratorias o algunos tipos de cáncer, están detrás del 77% de las muertes en Europa. Además, dos de cada tres personas jubiladas en el continente tendrán al menos dos dolencias crónicas, según la Organización Mundial de la Salud.

Un paciente que gestiona bien su enfermedad es entre un 8 y un 21% más barato

En un documento presentado el año pasado por algunos de los principales expertos de la sanidad española como resumen del “I Foro Innovación y sostenibilidad. Construyendo la sanidad del siglo XXI”, se recogían unas conclusiones que llamaban a apostar por la innovación para hacer el sistema más sostenible. Rafael Bengoa, ex consejero de Sanidad y Consumo del Gobierno vasco y uno de los firmantes, afirmaba que un paciente que gestiona bien su enfermedad “es entre un 8 y un 21% más barato”. Y lo mismo sucede con la integración y conexión de los servicios sanitarios.

Un ejemplo del uso de la tecnología para involucrar a los pacientes en su cuidado se ha puesto en marcha recientemente en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago. Se trata de un programa europeo bautizado como EU-CaRE de rehabilitación cardiaca para mayores de 65 años que hayan sufrido un infarto, en particular para aquellos que no tengan fácil acercarse al hospital. A través del teléfono móvil, estas personas pueden prevenir una recaída, aprendiendo a llevar un estilo de vida adecuado, empleando bien la medicación prescrita o conociendo qué tipo de actividad física puede ser más beneficiosa para ellos.

En líneas similares, ya existen aplicaciones para ayudar a los pacientes desde el móvil a que sigan mejor otras dolencias crónicas como la diabetes. Sistemas para introducir las comidas que se ingieren a lo largo del día, el nivel de glucosa o la insulina inyectada y poder realizar un seguimiento adecuado de los niveles de insulina, consejos para hacer deporte o para que las dietas sean menos monótonas son fáciles de encontrar. No obstante, como sucede con los productos que reivindican cualidades terapéuticas, no todas las aplicaciones son igual de efectivas. Para poner orden en este tipo de aplicaciones, ya hay entidades como la FDA, la agencia que regula los medicamentos en EEUU, que han comenzado a dar su marchamo de aprobación a las que realmente demuestran ser útiles.

Los reguladores ya están clasificando las aplicaciones de salud entre las que son útiles y las que no lo son, como se hace con los medicamentos

Para aprovechar todo el potencial de las tecnologías de la información aplicadas a la salud, se deberán superar muchas barreras que van más allá de la tecnología. Las empresas que creen las aplicaciones, por ejemplo, contarán con una gran cantidad de información muy valiosa para otras compañías y los ciudadanos deberán decidir qué se puede hacer y qué no con esa información. Además, en muchos casos, las innovaciones, lanzadas por empresas privadas que no entienden las necesidades de los pacientes o promovidas solo desde el punto de vista de los médicos, tienen un escaso nivel de aceptación entre el público.

Con el objetivo de cambiar esta tendencia y tratar de involucrar más a los que al final serán los usuarios de la tecnología, la Comisión Europea a través de la iniciativa REIsearch ha lanzado una campaña de información y participación para recabar la opinión de la ciudadanía. Ellos recuerdan que la innovación no solo es cuestión de poner en el mercado buenas aplicaciones tecnológicas. Es necesario un cambio cultural para que la innovación lo impregne todo y no se apliquen parches novedosos sobre un sistema obsoleto.




La evolución de los humanos está en tus bacterias

Un estudio de la flora intestinal de pigmeos, bantúes y estadounidenses muestra la historia del microbioma

MIGUEL ÁNGEL CRIADO / NOTICIA MATERIA

La comparación de la flora intestinal de los pigmeos con la de los bantúes y un grupo de estadounidenses muestra cómo ha sido la evolución del microbioma humano y hasta de los propios humanos. Los primeros, que aún se dedican a la caza, tienen una mayor diversidad bacteriana que sus vecinos, que hace siglos dejaron la selva por la agricultura, y aún más que los occidentales urbanizados. Esta microbiota reducida podría estar relacionada con la mayor incidencia de las llamadas enfermedades de la civilización.

Mientras participaba en una misión científica para estudiar a los gorilas de las tierras bajas (Gorilla gorilla), el ecólogo bacteriano Andrés Gómez y sus colegas dependían de sus rastreadores baka para localizar a los gorilas. Los baka son cazadores recolectores y son uno de los varios pueblos etiquetados como pigmeos. A diferencia de sus vecinos los bantúes, todavía viven en poblados en mitad de las selvas del África ecuatorial. Al científico colombiano, investigador entonces de la Universidad de Minnesota (EE UU) y ahora en el Instituto J. Craig Venter de investigación genómica, le pareció una ocasión única para estudiar la evolución del microbioma humano.

Para ello, recogieron muestras de las heces de una treintena de baka y otros tantos bantúes y las enviaron a EE UU para su caracterización, buscando qué bacterias abundaban más en unos que en otros. Para completar la comparación, los investigadores recurrieron a la base de datos del proyecto Microbioma Humano para obtener un perfil bacteriano de un grupo de estadounidenses. Así tenían una especie de gradiente microbiano, desde los pueblos más tradicionales a los más urbanizados, con el que seguir la evolución de humanos y bacterias.

“El microbioma de un cazador recolector, y no solo de los baka, es más diverso que el de un occidental”

“El microbioma de los baka es más similar al de los gorilas que al de los occidentales”, dice Gómez. Como los gorilas cuando escasea la fruta, estos recolectores consumen grandes cantidades de unas hojas que llaman koko (Gnetum africanum) y varios tubérculos silvestres. Estos vegetales tiene fibras que los humanos no pueden digerir. “Para eso tienen a las bacterias”, añade el experto colombiano.

A nivel de filo (una categoría taxonómica) los bantúes y los baka comparten dos grandes grupos de bacterias, pero la ratio de cada una es muy diferente. Así, los bantúes tenían una ratio Firmicutes- Bacteroidetes de 5:1, mientras que en los baka la relación era de 1:1. Al descender al nivel de especie, el estudio, publicado en Cell Reports, muestra que los bantúes comparten más especies de bacterias con la muestra de los occidentales que los baka.

Además, el intestino de los baka alberga una mayor diversidad alfa, término con el que los ecólogos se refieren al número de especies presentes en un ecosistema, en este caso la parte final de aparato digestivo humano. “El microbioma de un cazador recolector, y no solo de los baka, es más diverso que el de un occidental”, comenta el investigador colombiano.

Junto a la mayor diversidad, también está la abundancia relativa de determinados microbios. Así, los baka tiene un gran presencia de Prevotella y Treponoma, grupos de bacterias propias de los rumiantes, animales que saben sacarle toda la chicha a las fibras vegetales. La flora intestinal de una vaca, por ejemplo, está formada en un 80% por Prevotella. Mientras, los bantúes y aún más los occidentales tienen poblaciones reducidas de estas bacterias, pero aumentadas de otras, como las del ácido láctico, lo que indica una dieta rica en azúcares.

¿Porqué esa mayor diversidad en los baka? “Un factor fundamental es la calidad de la dieta, más que la variedad de la dieta”, recuerda el bacteriólogo colombiano. La fibra tiene una correlación con la diversidad del microbioma, a más fibra, mayor variedad. “En comunidades en transición hacia la occidentalización como los bantúes y en los occidentales, tanto la diversidad como la presencia de determinadas bacterias es muy reducida”, explica Gómez.

Bacterias en la máquina del tiempo

El estudio de los baka se suma a otras investigaciones de comunidades tradicionales como la de los hadza en Tanzania, pueblos de Papúa Nueva Guinea, los indios mayoruna de la selva peruana o los yanomami. Aunque con algunas diferencias, estos grupos comparten un determinado perfil bacteriano muy diferente al de los occidentales. Si los primeros humanos vivían y comían como hoy viven y comen estas comunidades, su estudio permite el estudio de la evolución humana.

Los agricultores bantúes tienen un perfil bacteriano más cercano al de los estadounidenses

“Entender el microbioma de grupos aislados con mínima exposición al estilo de vida occidental (acceso a medicina avanzada, uso de antibióticos, dieta rica en grasas y azúcares) es como tener una maquina del tiempo: nos permite entender cómo era nuestro microbioma antes de que todos estos factores lo modificaran”, dice el profesor de la Escuela Icahn de Medicina del hospital Monte Sinaí de Nueva York, José Clemente.

Este científico español participó en la caracterización del microbioma de un grupo de indios yanomami que nunca habían tenido contacto con el hombre blanco. Para el, “los estudios de microbioma en grupos tradicionales nos dan una idea de todo lo que hemos perdido durante el desarrollo de nuestra sociedad”.

Pero además del dónde venimos, las bacterias de los baka y otros pueblos pueden ayudar a la ciencia en su lucha contra la enfermedad. Como dice Clemente: “En las sociedades occidentales disfrutamos de una expectativa de vida enormemente superior a la de nuestros antecesores, pero al mismo tiempo sufrimos enfermedades que ellos no sufrían. ¿Puede estar la clave de estas dolencias en esas bacterias que hemos perdido? Identificar dichas bacterias y entender sus efectos en el cuerpo humano es el primer paso para desarrollar terapias basadas en la restauración bacteriana”.