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¿Es posible el teletransporte de personas?

Para hacerlo con un objeto, habría que desintegrarlo totalmente, llevar sus átomos a otro lugar y recomponerlo en su destino

LOLA CALZADA | Artículo original

El diccionario de la Real Academia Española (RAE) no recoge las palabras teletransporte y teletransportar. Aunque encontramos una definición de ellas en la Wikipedia, donde se dice que teletransportar es transportar un objeto de un lugar a otro sin que exista un medio físico que haga ese transporte. Si yo estoy aquí (en Córdoba) y de repente aparezco de manera instantánea en Madrid, eso sería teletransporte.

Con los conocimientos científicos que tenemos en la actualidad, el teletransporte de objetos no es posible. Pero en ciencia nunca se puede decir que algo es imposible. En el siglo XIX nadie pensaba que se podría tener un hijo a partir de la fecundación de un óvulo y un espermatozoide en un laboratorio. Así que es probable que en algún momento se puedan teletransportar personas aunque estoy segura de que yo no lo veré.

A veces leemos que ya se ha conseguido el teletransporte. Pero a lo que se refieren esas noticias es a un teletransporte cuántico, algo muy diferente del teletransporte de personas por el que preguntas. En ese caso se trata de partículas en estado cuántico que pueden viajar como si fueran ondas electromagnéticas a otro lugar, pero se trata de fotones y partículas elementales. Si hablamos de objetos, o de personas, la enorme diferencia es que no solo están formadas por partículas sino también por las interacciones entre dichas partículas.

Para poder teletransportar un objeto inanimado habría que desintegrar totalmente ese objeto; es decir, romper sus átomos, sus moléculas, etc… y todo ello se movería, llegaría a otro lugar y se volvería a recomponer en su destino. Es seguro que cuando se haga realidad el teletransporte se comenzará con objetos inanimados porque si hablamos de seres vivos, la complejidad es todavía mayor. La cuestión es que los seres vivos, sobre todo las personas, no solo estamos formados por átomos, etc…, nosotros tenemos un cerebro y en el cerebro existen una serie de conexiones: recuerdos, pensamientos o sentimientos. Es decir, tenemos una actividad bastante diferente de una piedra o una taza. Por lo tanto, deshacer un organismo vivo y que la recomposición de ese individuo dé lugar a ese mismo ser con sus mismas conexiones cerebrales me parece muy complicado.

Ahora, que tú tengas un bolígrafo y lo desintegres de tal manera que sus partículas puedan moverse, incluso en el vacío, convertidas en ondas electromagnéticas que viajen y después puedan volver a integrarse dando lugar al bolígrafo original, eso no me parece que sea problema. Como te decía, primero se necesitará destruir este objeto, romper los enlaces entre lo que lo compone y llevarlo a sus ínfimas partículas. Eso se puede lograr con energía, aunque no tenemos idea aún de qué tipo de energía habría que emplear, pero con energía podrá hacerse perfectamente. Ese es uno de los primeros problemas a resolver, el tipo de energía con el que podría destruirse un objeto para después volver a recomponerlo. Si les das energía a esas partículas, estas se quedarán con parte de dicha energía, y cuando luego vuelvan a unirse de nuevo, es decir cuando vuelvan a su estado fundamental, ¿esta energía liberada a dónde va? Ese es otro de los grandes problemas a solucionar para poder teletransportar objetos: ¿qué tipo de energía van a liberar las partículas cuando se recompongan? y ¿cómo se recoge esa energía?

No sé cuál sería la energía necesaria para que el teletransporte sea una realidad, aunque hoy día hay ya muchos estudios sobre tipos de energía que pueden aplicarse a diversos materiales para deformarlos. Cuando esos materiales vuelven al estado previo a su deformación liberan la energía que se les ha comunicado y esta se recupera. Es posible que algunos de estos estudios empiecen, en algún momento, a darnos claves sobre cómo lograr teletransportar objetos.


Lola Calzada es doctora en Física. Profesora de la Universidad de Córdoba.


Coordinación y redacción: Victoria Toro


Pregunta realizada por email por Miguel Molina-Prados Moreno


Nosotras respondemos es un consultorio científico semanal que contestará a las dudas de los lectores sobre ciencia y tecnología. Serán científicas y tecnólogas, socias de AMIT (Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas), las que respondan a esas dudas. Envía tus preguntas a nosotrasrespondemos@gmail.com o por Twitter #nosotrasrespondemos.




Ni de Marte ni de Venus

Por qué no se debe clasificar el cerebro humano de manera binaria, como masculino o femenino

SUSANA MARTÍNEZ-CONDE | Artículo original

John Gray, autor del éxito editorial ‘Los hombres son de Marte, las mujeres de Venus’, decía en su famoso libro que venusianas y marcianos poseen diferentes sistemas de valores. Según Gray, las venusianas, al igual que la diosa que les presta el nombre, aprecian el amor, la comunicación, la belleza y las relaciones. Mientras que los marcianos, en consonancia con las características del dios de la guerra, tienen mayor estima por la competencia, los logros, y el poder. La comunicación entre los habitantes de estos dos planetas es por tanto un campo de minas, dado que hombres y mujeres no solamente hablan dos lenguajes emocionales diferentes, sino que su percepción de la realidad es rematadamente opuesta.

El texto, publicado en 1992, vendió más de 50 millones de copias y pasó un total de 121 semanas en las listas de ‘best-sellers’, además de inspirar varias obras de teatro, una comedia televisiva, y multitud de conferencias y seminarios. La saga de las venusianas y los marcianos es fascinante—pero la evidencia neurocientífica en apoyo de la existencia de diferencias fundamentales entre cerebros de hombres y mujeres es bastante menor de lo que pudieran pensar los lectores de Gray—y de lo que 26 años más tarde nos siguen presentando los medios.

Un órgano unisex

Así lo aseguraba Lise Eliot, catedrática de neurociencia de la Facultad de Medicina de Chicago y autora del libro ‘Cerebro rosa, cerebro azul’, en el Festival de las Ideas de Aspen, celebrado del 21 al 30 de junio en Colorado. “La gente dice que los hombres son de Marte y que las mujeres son de Venus, pero el cerebro es un órgano unisex”, afirmó Eliot durante su conferencia.

Un estudio llevado a cabo por un equipo de investigadores de Israel, Alemania y Suiza, y publicado en la prestigiosa revista ‘PNAS’ en 2015, concuerda con la conclusión de Eliot de que no se debe clasificar el cerebro humano de manera binaria, como masculino o femenino. Este trabajo, basado en el análisis de imágenes de resonancia magnética de más de 1.400 cerebros, manifestó un amplio grado de solapamiento en la conectividad de los cerebros de hombres y mujeres, así como en sus sendas distribuciones de sustancia gris y sustancia blanca.

A pesar de que determinadas características neuroanatómicas se hallaron con mayor frecuencia en los cerebros de mujeres que en los de hombres, y otras de ellas a la inversa, la imagen general fue un mosaico de tipologías tanto femeninas como masculinas. Los investigadores reconocieron que, sin saberlo de antemano, no serían capaces de atinar, en la mayor parte de los cerebros analizados, su pertenencia a uno u otro sexo.

En las palabras de Eliot: “Vivimos en un mundo en que el género es binario. La asunción por defecto es que estas diferencias son intrínsecas a nuestro cableado neural… Pero los cerebros masculinos y femeninos no son mucho más diferentes entre sí que los corazones o los riñones masculinos y femeninos”.  

Las diferencias biológicas

De acuerdo con un artículo publicado el 25 de junio en la revista ‘The Atlantic’, la neurocientífica culpa tanto a los medios de comunicación como a las instituciones académicas por la perenne discusión sobre las diferencias biológicas entre los cerebros de hombres y mujeres. Se trata fundamentalmente de qué tipo de trabajos se publican con mayor facilidad en revistas especializadas de alto impacto y reciben la atención y financiación subsiguientes, observa Eliot: los que atestiguan discrepancias, o los que no encuentran diferencias. “Vuelves a mirar los datos, analizas el sexo, y si encuentras una diferencia ya tienes otro artículo”.

El problema, por supuesto, son los estereotipos derivados de supuestas e inconsistentes diferencias biológicas. Por ejemplo, el justificar que existan menos mujeres que hombres en los más altos niveles de la jerarquía científica en base a disparidades disputables. “Dijeron que la brillantez en matemáticas es un fenómeno masculino”, explica Eliot, cuando el motivo fundamental de la escasez de mujeres en investigación e ingeniería ha sido la falta de apoyo e incentivos. Una vez se han empezado a desarrollar programas para corregir esta deficiencia, el desnivel ha comenzado asimismo a equilibrarse.   

Entretanto, sigue siendo de vital importancia el combatir tanto tradiciones como mitos. Incluso cuando existen diferencias anatómicas indiscutibles, atesta Eliot, no quiere decir que sean necesariamente significativas. Por ejemplo, los cerebros de los hombres tienden a pesar un 10% más que los cerebros de las mujeres. Esta discrepancia es consistente con la que existe entre los otros órganos del cuerpo de hombres y mujeres, y no es de por sí indicativa de un funcionamiento diferente.




L’avenç de l’epidemiologia

La governança de la salut mundial es basa en l’interès de cada país, la qual cosa pot ser contraproduent

CARME BORRELL | Article original

L’epidemiologia és la ciència que estudia la salut col·lectiva, els factors que la condicionen i la seva distribució en la població, en l’espai i en el temps; utilitzant aquests coneixements per aplicar-los a la prevenció i al control dels problemes de salut. Un exemple és l’estudi de John Snow sobre l’epidèmia de còlera a Londres al segle XIX que va demostrar que el còlera era causat pel consum d’aigües contaminades al comprovar que els casos d’aquesta malaltia s’agrupaven en zones concretes que tenien el mateix subministrament. De manera que al clausurar el proveïment de l’aigua suposadament contaminada van anar disminuint els casos de la malaltia. Aquest estudi va ser realitzat abans que es descobrís el bacteri causant del còlera. Posteriorment, l’epidemiologia ha estudiat la distribució d’altres problemes de salut com les malalties cròniques (càncer, cardiovasculars, etc.) i els factors que les causen, incloent els polítics, econòmics i socials.

Des de fa més de tres dècades, la Societat Espanyola d’Epidemiologia, que inclou 1.200 professionals, organitza un congrés anual per compartir els avenços de la disciplina. Els dies 12, 13 i 14 de setembre tindrà lloc a Lisboa la 36a Reunió Científica de la Societat Espanyola d’Epidemiologia que s’organitza conjuntament amb el 13è ‘Congresso da Associação Portuguesa de Epidemiologia’ i reunirà més de 700 professionals. El lema del congrés és ‘L’Epidemiologia en un context global’ i vol posar de manifest que tot allò relacionat amb la salut de la població transcendeix les fronteres dels països i només pot ser abordat mitjançant accions i solucions multidisciplinàries i cooperatives a nivell mundial, tenint en compte els determinants socials de la salut, l’equitat i els drets humans.

Els desafiaments de la salut global

Ilona Kickbusch, del Graduate Institute of International and Development Studies, a Ginebra, impartirà la conferència sobre “els desafiaments de la salut global en un nou context”. La seva conferència emfatitzarà com els temes de salut no s’estan tractant de forma global. Això significa que la informació que utilitzem sobre la salut i els factors que la causen se solen restringir a països concrets i no als fluxos globals. En conseqüència, gran part de la governança de la salut mundial es basa en la protecció de la sobirania i l’interès nacional de cada país. Això pot ser altament contraproduent a l’establiment de prioritats per fomentar la salut global. La conferenciant assenyalarà tres exemples d’alta prioritat:

1. Així com els virus no han respectat mai les fronteres nacionals, cada vegada més els fluxos globals de capital, persones, béns, idees i serveis actuen de la mateixa manera. ¿Com avaluem, per exemple, el vincle entre el flux transfronterer de capital i l’epidèmia d’obesitat?

2. La pobresa generalment es mesura dins dels límits nacionals o comparant països, criteris que s’utilitzen per promocionar el desenvolupament i proporcionar els ajuts en matèria de salut. Però aquests criteris no funcionen ja que la majoria de la població pobra viu en economies emergents, ¿com avaluem les seves necessitats?

3. La salut de les persones generalment es compara entre països. L’augment de la migració, el desplaçament i els moviments de refugiats desafien aquestes avaluacions. ¿Qui és finalment responsable de la salut de dos milions de persones refugiades sirianes a Egipte, l’Iraq, Jordània i Líban o les 2,9 milions de persones a Turquia? ¿Com es garanteix el seu accés a la cobertura de salut universal?

Segons Kickbusch haurem d’adaptar els nostres marcs conceptuals i les nostres estratègies a aquest context i s’haurà de tenir en compte que la solidaritat global ha disminuït quan hauria d’augmentar. Aquest és un gran desafiament per a les organitzacions de salut global, especialment l’Organització Mundial de la Salud. Però alhora és un desafiament que va més enllà del sector de la salut i les seves responsabilitats ja que la salut és una opció política i, per tant, és hora de tornar a destacar les dimensions polítiques de la salut global.

En el Congrés es presentaran també treballs per part de les persones participants que provenen de 17 països. Els temes més freqüents són: desigualtats en salut, càncer, brots epidèmics, salut laboral, qualitat de vida, bovines, salut ambiental, avaluació en salut pública i salut infantil. Sota el meu punt de vista, aquest congrés és clau per ajudar a avançar la disciplina de l’epidemiologia al nostre país i al món global.




¿El Sistema Solar también se expande como el universo?

La masa de la Vía Láctea es tan enorme que anula ese efecto de expansión primigenio

ASCENSIÓN DEL OLMO | Artículo original

Evidentemente, no. El universo sí está en expansión y eso lo sabemos desde la formulación de la ley de Hubble. Esta ley física se propuso en la década de los años veinte del siglo pasado y se considera la primera evidencia observacional de la expansión del universo. Pero esa expansión tiene un fenómeno contrarrestante que es la gravitación y que hace que aunque el universo se expanda, nosotros no lo hagamos.

Es fácil explicar cómo es la expansión del universo, simplemente imagina una explosión y lo que ocurre inmediatamente después: todo se aleja de todo. Eso es lo que ocurrió tras el Big Bang, que es el más aceptado de los modelos cosmológicos y, aunque no esté totalmente demostrado, es la mejor explicación para lo que sí observamos.

Tras el Big Bang comenzó esa expansión que en los primeros instantes del universo fue a velocidades ultrarrápidas. A gran escala sí se observa expansión pero esa expansión no la vemos donde está la gravedad funcionando a tope porque entonces no se hubieran podido formar las galaxias, ni las estrellas y no existiría nuestro sistema solar. Para entenderlo tenemos que pensar que hay diferentes escalas. Está la escala nuclear y atómica con los fenómenos electromagnéticos y nucleares; luego te vas a la escala de la Tierra, del Sol, de la galaxia e incluso de los grupos y cúmulos de galaxias en los que lo que domina es la gravitación. Digamos que existen fenómenos que se contrarrestan.

Eso quiere decir que en nuestra escala, la de nuestro Sistema Solar e incluso la de nuestra galaxia, no tiene efecto la expansión del universo a la que dio origen el Big Bang. Y eso es así porque la masa que tiene la Vía Láctea es tan enorme que anula ese efecto de expansión primigenio. Aunque ese fenómeno sí tiene efecto, por ejemplo, en los supercúmulos que son grandes agrupaciones de cúmulos de galaxias que a su vez son grupos de miles de galaxias. Estos supercúmulos están entre las mayores estructuras del universo y esos sí sabemos que van a desaparecer con el tiempo a causa de la expansión.

Una vez que sabemos ya que el Sistema Solar no se está expandiendo a causa de ese efecto primigenio del Big Bang tengo que decirte que la órbita de la Tierra y las del resto de los planetas sí están aumentando con respecto al Sol. Aunque esta expansión no tiene nada que ver con la otra expansión. La órbita de la Tierra está aumentando por otra razón. Para poder entenderlo hay que saber primero que la fuerza que nos mantiene a nosotros, la Tierra, donde estamos es la del Sol y eso es así porque él solo tiene más del 99% de la masa de nuestro sistema. Como te puedes imaginar, si la masa del Sol varía, eso influye en la órbita de la Tierra. Y lo cierto es que como la masa del Sol sí varía pues se está produciendo un crecimiento en las órbitas de los planetas que lo rodean.

El sol está perdiendo masa y lo hace por dos factores. Por una parte está el proceso nuclear que tiene lugar en su interior y por el que el hidrógeno se convierte en helio y además los vientos estelares que también provocan una pérdida de masa solar. Esa pérdida de masa del Sol que está comprobada no debe preocuparnos porque es ínfima, su cantidad está en factores anuales pequeñísimos para lo que es la masa del Sol. Pero aunque no debe preocuparnos sí provoca que la órbita de la Tierra se expanda aproximadamente dos centímetros al año. Como la masa del Sol es cada vez un poco menor, el efecto gravitacional que produce en la Tierra también es un poco menor y hace que esta se aleje de su estrella. A lo largo de la vida del Sol ese alejamiento no va a suponer ningún efecto dramático porque un alejamiento de dos centímetros al año en la distancia entre nuestro planeta y el Sol que es de 15 billones de centímetros no significa prácticamente nada. Así que sí hay una expansión de nuestro sistema solar pero no está relacionada con la expansión del universo de origen primigenio sino con la gravitación.


Ascensión del Olmo es científica titular del Instituto de Astrofísica de Andalucía (CSIC).


Coordinación y redacción: Victoria Toro


Pregunta realizada por email por Roberto Walker D.


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¿Cuál es el límite de mis capacidades intelectuales?

La respuesta debe empezar por explicar que existen tres factores que establecen las limitaciones: la genética, el entrenamiento y el ambiente

AGNÈS GRUART | Artículo original

Esa es la gran pregunta. Pero para responderla necesitamos definir a qué nos referimos cuando hablamos de capacidad intelectual. Sería la capacidad que tiene cada persona para tomar decisiones, pensar y aprender tanto una actividad motora como un concepto. Una vez clara esta cuestión, la respuesta a cuál es el límite de tu capacidad intelectual o la de cualquiera debe empezar por decir que hay tres factores que establecen esos límites.

El primero sería la capacidad intelectual que te viene dada por tu genética, por el genoma que has heredado de tus antepasados. Esa carga genética es diferente en cada persona. Después habría una segunda parte que es el entrenamiento, el ejercitarse en la capacidad intelectual. Y el tercero es el ambiente en el que una persona vive y que puede permitirle o no desarrollar más o menos tanto su capacidad innata como el entrenamiento y la educación. Es decir, tú puedes tener una enorme capacidad para aprender chino pero si jamás en tu vida te exponen a esa lengua, no la aprenderás.

Una vez que tenemos claro que esos son los tres límites hay que explicar también que la combinación de ellos es lo que hará mayor o menor tu capacidad intelectual. Por ejemplo, puede haber alguien con no mucha capacidad innata pero que esté decidida a ampliar mucho su horizonte intelectual, lo que debe hacer es mucho entrenamiento. Quizá esa sea la clave porque, de hecho, todos los deportistas, músicos o a cualquiera que imaginemos en una tarea en la que es muy bueno, lo es porque se entrena mucho, al margen de si tenía de partida una gran capacidad innata, es decir solo porque tengan predisposición, no lo van a conseguir. Pero también hay que tener claro que el desarrollo de algunas capacidades solo con entrenamiento a veces es complicado y puede ser que no permita llegar a un grado enorme de excelencia aunque sí mejorar muchísimo. También es muy importante considerar el ambiente, seguro que se te ocurren nombres de personas que resaltan en algunos aspectos simplemente porque están en un ambiente muy propicio.

Hay otro aspecto relacionado con la inteligencia que es fundamental a la hora de ver la capacidad de una persona, es la toma de decisiones. Esto quiere decir que también hablamos de inteligencia o capacidad intelectual en aquella vertiente en la que una persona tomaría una determinada decisión de entre todas las que pueda tomar. Aquí no estaríamos mejorando una habilidad sino que sería la persona inteligente en el sentido de que toma la mejor decisión. Podemos ver personas casi iletradas, por ejemplo alguien que cuida un rebaño y que toma muy buenas decisiones en relación a conseguir que este rebaño vaya para delante, esto sería un comportamiento claramente inteligente aunque esa persona podría obtener malos resultados en una prueba que midiera otro tipo de capacidades intelectuales.

Así que resumiendo, sí existe un límite a la capacidad intelectual porque genéticamente lo tenemos. Por ejemplo, tú podrías llegar a hablar muy bien un idioma porque estuvieras expuesta a él y te entrenaras muchísimo pero ser incapaz de alcanzar el nivel fonético de los que son del lugar o incluso desde el punto de vista motor, hay movimientos que alguien podría no conseguir hacer. También hay que tener claro que si una persona trabaja duro puede acortar, incluso acortar muchísimo, esas limitaciones. Durante mucho tiempo parecía que con la educación se podía conseguir todo y eso no es totalmente cierto. En conclusión, hay límites pero también hay una gran variabilidad y si uno trabaja y no hay una enfermedad o una lesión, puede llegar a conseguir muchísimo. 


Agnès Gruart es catedrática de Fisiología. Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.


Pregunta realizada por email por Valeria del Bono


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¿Se conoce la auténtica naturaleza de la gravedad?

La autora considera que la física nos ayuda a conocer la esencia de la naturaleza

PRADO MARTÍN MORUNO | Artículo original

La pregunta asume que existe una realidad externa que podemos conocer mediante la ciencia e identifica cada teoría física como esa realidad externa. Lo cierto es que no todas las personas que investigamos en física pensamos así; una buena parte de mis colegas opina que la física es simplemente una descripción más o menos satisfactoria de los fenómenos que nos rodean. Pero a mí sí me gusta pensar que la física nos ayuda a conocer la esencia de la naturaleza, así que mi respuesta a la pregunta sobre la naturaleza de la gravedad está hecha desde ese punto de vista.

Hoy en día pensamos que la gravedad es de naturaleza puramente geométrica. Esta afirmación encierra una idea de la naturaleza de gran belleza. Albert Einstein combinó los conceptos de espacio y tiempo en un único concepto al que llamó espacio-tiempo que, además, pasó de ser el lugar en el que ocurrían los fenómenos físicos a ser una cantidad física, es decir, algo que podemos meter en una ecuación matemática y resolverlo. Hasta que Einstein formuló la teoría de la relatividad general, la gravedad había sido explicada por Newton como una fuerza. Simplificando mucho a Newton, su explicación decía que la manzana caía porque la Tierra ejercía una fuerza de atracción sobre ella. Esta explicación a la que llamamos mecánica newtoniana (o mecánica clásica no relativista) funcionaba muy bien en la Tierra y más o menos bien en nuestro Sistema Solar, excepto por la órbita de Mercurio que se empeñaba en no seguir del todo las leyes de esa mecánica.

La teoría de la relatividad general de Einstein describe la gravedad de forma que se puede predecir de forma satisfactoria la órbita de Mercurio y otros fenómenos físicos fuera del Sistema Solar, que tampoco se avienen a la mecánica de Newton. Esa nueva descripción que hizo Einstein dice que la gravedad (es decir, lo que hace que las masas se atraigan) es un efecto de la curvatura del espacio-tiempo.

El espacio-tiempo se curva debido a la materia que contiene y esa curvatura hace, a su vez, que la materia se mueva de un modo determinado. Si visualizamos el espacio-tiempo como una red que se curva al contener una bola pesada, podremos entender el movimiento de otras bolas menores por la red como debidos a la curvatura producida por la primera bola. Y el movimiento de las otras bolas por el espacio-tiempo curvado es lo que Newton y otras muchas personas después de él habían supuesto que estaba originado por una fuerza de atracción llamada gravedad.La curvatura del espacio-tiempo hace que incluso la luz modifique su trayectoria al pasar cerca de un objeto pesado, un fenómeno que se ha medido con gran precisión. La teoría de la relatividad general nos permite describir las orbitas de los planetas del Sistema Solar y predecir la física en las regiones cercanas a los agujeros negros e incluso nos ayuda a comprender la evolución del mayor sistema gravitatorio, el Universo. La observación en 2015 de las ondas gravitacionales predichas por Einstein ha sido el culmen del poder predictivo de la teoría.

¿Quiero esto decir que tenemos ya la explicación de la naturaleza última de la gravedad? Pues no lo sabemos. Con los conocimientos que poseemos hoy día podríamos decir que la verdadera naturaleza de la gravedad es la curvatura del espacio-tiempo. Pero también es verdad que desde hace muchos años intentamos combinar la teoría de la relatividad general con la teoría cuántica y todavía no sabemos si lo hemos conseguido. Para complicar aún más las cosas, la interpretación de muchos datos astrofísicos cuando nos guiamos por la relatividad general indica que la materia que conocemos sólo es alrededor del 5% del contenido del cosmos. Y no estamos completamente seguros de qué constituye ese otro 95% de la energía del Universo. La explicación podría estar en que, en contra de lo que pensamos, todavía no hemos entendido bien la gravedad.


Prado Martín Moruno es doctora en Física. Departamento de Física Teórica. Universidad Complutense de Madrid.


Pregunta realizada por email por Janh Rubio


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¿Los insectos se comen enteros, con sus intestinos?

Si los insectos se consumen cuando son larvas o adultos, sus propiedades nutricionales cambian por completo

CARMEN BARBA GONZÁLEZ-ALBO | Artículo original

Sí, los insectos se comen enteros, con intestinos y todo su organismo incluido. Lo que ocurre es que no siempre se consumen los insectos adultos, muchas veces lo que se come son las larvas. En este caso puede que la larva no haya desarrollado aún su intestino que en el caso de los individuos adultos sí está totalmente desarrollado. Pero más interesante aún que si tienen o no intestino cuando sirven de alimento es que en función de si se consumen cuando son larvas o adultos, sus propiedades nutricionales cambian por completo. Las larvas tienen mucho mayor contenido en grasa y los adultos tienen más contenido en proteína.

Es precisamente ese alto contenido de proteínas lo que ha llevado en los últimos años a que se promueva el consumo de insectos como alimento, lo que se llama entomofagia. La FAO por ejemplo, tiene desde el año 2003 un programa en marcha en varios países dedicado precisamente a ello. Aunque a nosotros en España nos puede parecer repugnante, hay muchos países en los que comer insectos es un hábito cultural normal. Y no hay duda de que nuestros antepasados debieron sobrevivir, probablemente en muchos lugares, gracias a que se alimentaron de insectos. Así que comer insectos no es algo nuevo. Lo que sí es nuevo es que se proponga su consumo extensivo. Y eso está empezando a ocurrir.

En los lugares, como nuestro país, en los que no ha sido habitual, no es probable que de pronto nos pongamos a comer hormigas o larvas como aperitivo. Pero hay otros modos de introducir a los insectos en la dieta. Esos modos se están estudiando y existen ya empresas, también en España, que están empezando a comercializar productos cuya base son precisamente los insectos. En enero de este año se aprobó una norma en la Unión Europea, la llamada Novel Foods (nuevos alimentos) que incluye los insectos en la lista de los alimentos que pueden venderse y consumirse.

La ciencia también está trabajando con ellos. Las vías para que su consumo se popularice parece que pasan por convertirlos en harinas con las que después fabricar alimentos o extraer de ellos las proteínas y usar estas para elaborar comidas. Las razones de este interés en los insectos son varias. La primera es su alto contenido en proteínas que es incluso superior al de la carne. Pero aún más importante es que para producir esas proteínas los insectos son un alimento de una enorme eficiencia en la tasa de conversión que es como llamamos a la cantidad de alimento que hay que emplear para aumentar la cantidad de carne. Esa tasa cambia entre unos animales y otros pero, por ejemplo, el vacuno necesita ocho kilos de alimento para aumentar un kilo de carne. En el caso de los insectos solo necesitan dos kilos de comida para hacer un kilo más de carne. Así que son mucho más económicos.

También en el gasto de agua que es uno de los problemas más importantes en la ganadería. La FAO recuerda que los insectos consumen mucho menos agua que el ganado tradicional. Y todo esto se refiere al consumo pero también tienen ventajas cuando hablamos de enfermedades. El organismo internacional dependiente de la ONU asegura que no se conocen casos de transmisión de enfermedades a humanos por el consumo de insectos, siempre que hayan sido manipulados en iguales condiciones de higiene que cualquier otro alimento. Sí pueden los insectos provocar alergias, como ocurre por ejemplo con los crustáceos, es decir, los mariscos. Pero si los comparamos con los animales que consumimos tradicionalmente en nuestra cultura, estos pequeños y abundantes bichos parecen tener un riesgo menor de transmisión de zoonosis que es como llamamos en ciencia a las infecciones que los animales nos contagian a las personas y que, en algunos casos son muy peligrosas, como la encefalopatía espongiforme bovina o mal de las vacas locas o la gripe aviar que pueden pegarnos las aves.

Así que creo que es bastante probable que en un futuro cercano consumamos galletas, barras energéticas o tortitas realizadas a partir de harina de insectos. Si esos alimentos procesados están ricos y tienen buena apariencia, y nadie duda de que lo estarán, lo más probable es que acabemos comiendo insectos, con sus intestinos.


Pregunta realizada por email por Alessandro Monari


Carmen Barba González-Albo. Doctora en Química y Tecnología de los Alimentos. Profesora Ayudante Doctor en la Universidad Pública de Navarra.


Coordinación y redacción: Victoria Toro


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¿Qué es la ‘partícula de Dios’?

El bosón de Higgs es el que ayuda a que todas las partículas tengan masa

MARIAM TÓRTOLA | Artículo original

A una partícula fundamental, el bosón de Higgs, se le ha llamado la partícula de Dios a menudo. A los físicos no nos gusta ese nombre. Nunca oirás a un físico o una física que lo use. Pero en 1993 el premio Nobel de Física Leon Lederman escribió un libro de divulgación sobre las partículas elementales que se llamó así: “La partícula de Dios: si el universo es la respuesta, ¿cuál es la pregunta?”. Y en él, Lederman cuenta el origen de ese apodo para el bosón de Higgs. El autor quería llamar a su libro Loa maldita partícula (The GoddaMn Particle) porque su detección se resistía con tozudez, pero los editores pensaron que podía resultar ofensivo y se inclinaron por “La partícula de Dios” (the god particle) que les pareció mucho más comercial. El libro fue un éxito y popularizó esa fórmula para referirse a un bosón, el Higgs, tan esquivo para la ciencia y del que se esperaba que resolviera una buena parte de lo que se desconocía sobre los primeros instantes del universo. Se llame como se llame al bosón de Higgs lo que es innegable es que tiene una gran historia detrás.

El Higgs es una de las partículas elementales que predice el modelo estándar. Vayamos por partes. El modelo estándar es para la física como la tabla periódica de los elementos para la química. En él están todas las partículas básicas de las que está formada la materia. Es decir, los componentes más pequeños de todo lo que existe en el universo, aquellos que, según suponemos, no pueden dividirse más. A esos componentes básicos los llamamos partículas elementales o fundamentales.

Quienes nos dedicamos a investigar esta rama de la física pensamos, porque así lo dicen los mejores modelos que tenemos, que cuando el universo acababa de nacer, solo una millonésima fracción de segundo tras su inicio, eso era lo que había. Nada más que esas partículas fundamentales y una gigantesca energía, o lo que es lo mismo, calor, y el espacio y el tiempo que acababan de nacer. De las interacciones entre esas partículas surgió todo lo que ahora forma el universo.

Las partículas fundamentales pueden ser de dos tipos: fermiones y bosones. Los fermiones son los que constituyen la materia, es decir, los electrones y sus primos pesados, muones y taus, y los quarks. Eso quiere decir que los fermiones son los constituyentes básicos de, por ejemplo, tú que estás leyendo esto, las estrellas, la silla en la que te sientas, este periódico, las nubes, la cerveza o esta mosca tan pesada.

Los bosones no son constituyentes de nada pero son los que hacen que el resto de las partículas interaccionen, son los que hacen que pasen cosas. Por ejemplo, para que existan interacciones electromagnéticas, como los fenómenos eléctricos, se necesita una de estas partículas, el fotón.

El bosón de Higgs es tan importante dentro del modelo estándar porque él es el que ayuda a que todas las partículas tengan masa. La masa es aquella característica de la materia que medimos con los kilos. Aunque las partículas elementales son tan diminutas que su masa es muy cercana a cero, pero no es cero. Sin el Higgs la teoría no funcionaba. En el modelo estándar se había predicho, y uno de los que hizo fue un físico llamado Peter Higgs en 1964, un mecanismo mediante el que las partículas elementales habrían obtenido su masa. A eso se le llamó “mecanismo de Higgs” y a la partícula que lo provocaría, bosón de Higgs. La explicación era muy elegante pero con el paso de los años apareció un problema. El bosón de Higgs no aparecía. Se realizaban experimentos para buscarlo pero la maldita partícula seguía sin detectarse. El desánimo había empezado a cundir cuando ocurrió: el 4 de julio de 2012, una institución europea que investiga la física de partículas, el CERN, anunciaba, por fin, que lo había conseguido. En sus instalaciones del LHC (Gran Colisionador de Hadrones por sus siglas en inglés) se había observado una nueva partícula fundamental: el bosón de Higgs. Así que, por el momento, el modelo encaja.


Pregunta de @xzeta666 vía Twitter


Mariam Tórtola. Doctora en Física. Instituto de Física Corpuscular. CSIC-Universidad de Valencia.


Coordinación y redacción. Victoria Toro


Nosotras respondemos es un consultorio científico semanal que contestará a las dudas de los lectores sobre ciencia y tecnología. Serán científicas y tecnólogas, socias de AMIT (Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas), las que respondan a esas dudas. Envía tus preguntas a nosotrasrespondemos@gmail.com o por Twitter #nosotrasrespondemos.




Hoja de ruta nutricional

GONZALO CASINO / @gonzalocasino / gcasino@escepticemia.com / www.escepticemia.com

Sobre el fiasco de PREDIMED y la necesidad de ambiciosos ensayos en nutrición

Hay un abismo entre afirmar que la dieta mediterránea “reduce” las enfermedades cardiovasculares y afirmar que las personas que siguen esta dieta “presentan” menos enfermedades de este tipo. Este abismo es el que media entre una relación causa-efecto y una simple asociación, no necesariamente causal. Y este abismo es el que hay entre la conclusión de uno de los principales ensayos clínicos sobre nutrición de los últimos tiempos (el estudio PREDIMED, publicado en el New England Journal of Medicine el 4 de abril de 2013 y dado a conocer poco antes en la web) y la conclusión de la nueva versión del estudio (publicada el 21 de junio de 2018), tras la retirada de la primera por deficiencias en la ejecución. La historia de esta retractation es toda una lección de mala y buena ciencia, a la vez que un buen ejemplo de las dificultades de establecer conclusiones firmes sobre nutrición humana y de la montaña rusa de los mensajes sobre alimentación y salud.

Hace cinco años, cuando salieron a la luz los resultados del estudio Primary Prevention of Cardiovascular Disease with a Mediterranean Diet (PREDIMED), la prensa más prestigiosa, desde el New York Times a The Guardian, destacó el hito que representaba este ensayo clínico realizado en España. Un medio tan poco dado al sensacionalismo como es NPR (National Public Radio tituló: La prueba española: la dieta mediterránea brilla en un estudio clínico. La prueba no era otra que la constatación de que el refuerzo de una dieta mediterránea con aceite de oliva o frutos secos reduce un 30% la incidencia de infartos, ictus o muerte en personas con riesgo cardiovascular elevado (el riesgo absoluto se reducía del 1,7% al 2,1%).  Incluso un científico escéptico y cascarrabias metodológico como John Ioannidis aplaudió en un editorial del BMJ de ese año la llegada de ensayos prometedores como PREDIMED y sus interesantes resultados, aunque ya advertía que la estimación de la magnitud del efecto era probablemente exagerada.  

La suspicacia del anestesista británico John Carlisle le movieron a aplicar un método estadístico para comprobar la plausibilidad de los datos de 5.087 ensayos clínicos publicados en ocho revistas entre 2000 y 2015, entre ellos PREDIMED. Esta prueba estadística mostró que algo se había hecho mal al asignar las intervenciones dietéticas, pues los datos de algunos participantes no concordaban con una distribución aleatoria. Tras revisar los datos, los autores identificaron problemas en la aleatorización de 1.588 de los 7.447 participantes, lo que originó la consecuente retractation y el reanálisis de los datos con una conclusión similar pero muy diferente. Y, lo que quizá es peor, la extensión de una sombra de duda sobre decenas de estudios ya publicados por otros autores a partir de los datos de este ensayo.

Tras este episodio, John Ioannidis ha dicho que PREDIMED es “muy defectuoso” y que espera “publicar algunas pruebas que demuestren que hay problemas más profundos”. El fiasco ha sido grande y podría ser todavía mayor, pero esto no menoscaba la confianza en los ensayos clínicos sobre nutrición humana. Si hay algo cada vez más evidente es que los estudios observacionales no van a sacarnos de dudas sobre de los efectos reales de la dieta en la salud. A estas alturas, prácticamente todos los alimentos han sido ya asociados con los principales problemas de salud, pero seguimos sin saber exactamente si el riesgo de enfermedad y muerte atribuido a los factores de riesgo dietéticos es realmente el que sugiere la epidemiología nutricional. PREDIMED ha sido un primer intento malogrado, pero la lectura positiva de este fracaso es que en nutrición humana no parece haber otra hoja de ruta que realizar grandes ensayos de calidad exquisita. El problema es que estos ensayos son muy costosos, largos y difíciles de ejecutar.


Autor
Gonzalo Casino és periodista científic, doctor en medicina i professor de periodisme a la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona. Ha estat coordinador de les pàgines de salut del diari El País durant una dècada i director editorial d’Edicions Doyma / Elsevier. Publica el bloc Escepticemia des de 1999.

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Columna patrocinada per IntraMed i la Fundació Dr. Antoni Esteve




La Fundació, en el curs d’estiu de la UCLM El cómic cómo como herramienta de divulgación y comunicación científica

Donar a conèixer el potencial del còmic com a eina de divulgació de conceptes científics, així com en la docència de ciències. És l’objectiu del curs d’estiu de la Universidad de Castilla-La Mancha que va tenir lloc a Albacete el 6 i 7 de setembre de 2018 i que va comptar amb l’opció de beca en la matrícula gràcies al recolzament de la Fundació Dr. Antoni Esteve. No era necessari tenir una base científica, ni tampoc saber dibuixar. El curs es dirigia a qualsevol persona interessada en el còmic com a eina de divulgació i comunicació, especialment a docents, estudiants i professionals de ciències, belles arts i periodisme.

La imatge pot simplificar i apropar el públic general coneixements molt complexes. Per això, el curs buscava donar a conèixer la utilitat del còmic com a eina de comunicació entre diferents sectors de la societat, així com proveir d’eines tots aquells interessats en utilitzar el còmic com a recurs de comunicació, de divulgació i de docència.

El curs El cómic como herramienta de divulgación y comunicación científica va comptar amb el programa següent:

6 de setembre de 2018


09:45 h. Entrega de documentació


10:00 h. Inauguració del curs


10:30 h. La importància de la Medicina gràfica per a la formació integral d’estudiants de Ciències de la Salut

Blanca Mayor Serrano
Doctora en Traducció i Interpretació. Màster en Terminologia. Autora, durant cinc anys, del bloc Comunicación y educació en salud, associat a Diario Médico. Autora del Quadern de la Fundació Dr. Antoni Esteve El còmic como recurso didáctico en los estudios de medicina. Actualment coordina tres projectes relacionats amb el còmic de ciència, en els quals a més és coautora.

12:00 h. El còmic com a eina de visibilitat i acció social

Miguel Ángel Giner Bou
Cristina Durán
Llicenciats en Belles Arts. Autors de còmics. Autònoms. Entre les seves obres: Una posibilidad entre mil (finalista del Premio Nacional de Cómic), La màquina de Efrén, El día 3, Vicente Blasco Ibáñez, una vida apasionante, Cuando no sabes qué decir, El siglo de oro valenciano. Cristina Durán és dibuixant i Miguel Ángel Giner Bou és guionista. Ambdós són un dels millors tàndems creatius espanyols.


13:30 h. Taller: Dibuixar allò invisible: el còmic com a recurs en l’ensenyament de la biologia molecular

Carlos Romá Mateo
Professor Ajudant Doctor – Departament de Fisiologia, Facultat de Medicina i Odontologia. Universitat de València. Autor del bloc de divulgació ¡Jindetrés sal! Col•laborador de la revista Principia. Coautor del còmic de divulgació online The Oobik.


17:00 h. Taula rodona. El còmic com a eina de divulgació i comunicació científica

Moderadora:
Rosario Sabariegos Jareño

Participants:
Jesús Sánchez Ruiz
Miriam Rivera Iglesias
Carlos Romá Mateo
Blanca Mayor Serrano


7 de setembre de 2018


09:30 h. Taller Ciencia se escribe con C de còmic

Jesús Sánchez Ruiz
Doctor en Biologia Molecular per la Universitat Autònoma. Coordinador de projectes de la Fundació CRIS contra el Càncer. Autor del còmic de divulgació online A Lymph’s life. La dramàtica historia de una infección.

Miriam Rivera Iglesias
Graduada en Biologia Humana (UPF). Màster en Comunicació Científica, Mèdica i Ambiental (UPF-BSM). Autora de Biomiics – Biología en Cómics.


12:00 h. Infografia: dissenys abstracto/figuratius per a representar la realitat

Guillermo Navarro Oltra
Professor Contractat Doctor. Facultat de Belles Arts de Cuenca. Àrea Dibuix. Departament Art. Director Màster en Gravat i Disseny Gràfic – Facultat de Belles Arts (UCLM) / FNMT-RCM.


13:00 h. Taller de Medicina Gràfica: De la teoria a la pràctica

Mónica Lalanda
Llicenciada en Medicina i Cirurgia. Màster en Bioètica i Dret. Màster en Ètica Mèdica. Professora associada de la Escuela Nacional de Salud. Autora del Codi de Deontologia Mèdica en versió còmic (Con-Ciencia Médica) i coordinadora del nou moviment Medicina Gráfica que intenta impulsar el còmic com a eina de comunicació, reflexió i educació en Medicina. Actualment és part de l’organització del primer congrés de Medicina Gràfica a Espanya, que tindrà lloc a Saragossa el novembre.


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